domingo, 27 de abril de 2014

CUANDO ERA TARDE

Lo comprendí una noche de amargura infinita,
oculta entre las sombras informes del pasado
que azotaban sin tregua mi cabeza cansada
cuando todo era eterno y las horas dolían.

Navegando contigo por abismos inciertos.
Despojado el cerebro de sus miedos y dudas
y clavando la vida, sin pudor, sus estoques,
con misterio en el cuerpo, con el alma desnuda.

Es la imagen fatal de mi destino absurdo
desterrando, una a una, mis torpes ilusiones
y es, de nuevo, el silencio, que avanza sigiloso
para rasgar mis sueños con despiadadas uñas.

Lo comprendí tratando de borrar tu recuerdo.
Consumidas las velas del pequeño jardín.
En el intento vano de sentir de otra forma.
Cuando era ya muy tarde, lo comprendí.


viernes, 18 de abril de 2014

LOS OLVIDADOS

Apenas saben nada
de esas noches de insomnio y amargura.

No conocen el llanto desgarrado,
los caminos de vuelta,
el silencio canalla y asesino.

No son interesantes sus historias,
tan solo unos minutos de tertulia
pero conocen bien su poderío.

No sufren y por eso
permanecen intactos.
Son muchos. Son livianos
y la falta de espacio
nunca fue su problema.

Los amores pequeños
caben en cualquier sitio.

sábado, 12 de abril de 2014

AMOR DESCONOCIDO





Toda la paz que anhelo
se habría concentrado en tu mirada,
en tu pequeño cuerpecito nuevo
descansando en silencio junto a mí.

Después de tanto tiempo ahora comprendo
que nunca escucharé
un sonido más dulce que tu voz.

Que habría disfrutado
limpiando tus heridas,
alentando tus sueños,
cargando sobre mi alma tu mochila.

No sé qué voy a hacer
con los miles de besos
que casi sin saberlo
guardaba para ti.

Quisiera regresar
a esos años perdidos
en que estuvimos cerca.
Cuando vagaba sola
intentando aplazar lo inaplazable,
buscando alternativas engañosas,
mundos inexistentes.

Perdóname.
Siempre al final es demasiado tarde.

Ahora sé que el destierro será eterno
porque la paz que anhelo
es un amor que no conoceré.

domingo, 6 de abril de 2014

IGNORANCIA FELIZ

Los recuerdos se habían esfumado
de su frágil cerebro.
Soñaba con un mundo inexistente
vagando como sombra sin destino.

Le querían curar a toda costa.
Nadie se daba cuenta
de que era más feliz en ese estado
en que nada es lo mismo.

Perdida la memoria,
olvidado el dolor y la amargura.
El cronómetro a cero
es un lujo añorado para el resto
porque vas avanzando y comprendiendo
que nada es lo que cuentan,
que la vida
                 solo tiene una cara
y que no es bella.

¿Dónde se entrena el hombre
para hacer tanto daño?.
¿En qué fase intermedia del proceso
el maestro es un monstruo despiadado?.
¿Quién inventó el sistema?.

Cuánto tiempo perdido
destrozando a mazazos la esperanza.
Obligando a los sueños a viajar desnudos
hacia un infierno extraño de dioses amarillos,
sin billete de vuelta.