domingo, 27 de abril de 2014

CUANDO ERA TARDE

Lo comprendí una noche de amargura infinita,
oculta entre las sombras informes del pasado
que azotaban sin tregua mi cabeza cansada
cuando todo era eterno y las horas dolían.

Navegando contigo por abismos inciertos.
Despojado el cerebro de sus miedos y dudas
y clavando la vida, sin pudor, sus estoques,
con misterio en el cuerpo, con el alma desnuda.

Es la imagen fatal de mi destino absurdo
desterrando, una a una, mis torpes ilusiones
y es, de nuevo, el silencio, que avanza sigiloso
para rasgar mis sueños con despiadadas uñas.

Lo comprendí tratando de borrar tu recuerdo.
Consumidas las velas del pequeño jardín.
En el intento vano de sentir de otra forma.
Cuando era ya muy tarde, lo comprendí.


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